Zaraceños por el mundo: Olores y sabores que nunca se olvidan

Narración de Ana Silvia Barrios
Narración de Ana Silvia Barrios
Zaraceños por el mundo (Parte I)
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Donde quiera que vaya uno de los nuestros, se hablará de Zaraza. Nuestro acento, costumbres y música son motivo de largas conversaciones con extranjeros. Así como italianos, portugueses y árabes lo hicieron en nuestro pueblo, al que hoy llaman su casa.

Muchos zaraceños cumplen sueños y luchan por una mejor vida en otras latitudes. Pero ninguno olvida que, tarde o temprano, el buen hijo vuelve a casa.

Desde Siena, en la Toscana italiana, Angiluz Serrano revive en su memoria los carnavales de Zaraza, las empanadas, las cachapas con queso, los toros coleados, pero también la libertad de un pueblo acogedor.

Cuando llueve, en el verano, el olor a tierra mojada la hace viajar hasta su campo, revivir el contacto con la naturaleza que tanto anhela; volver a vivir momentos, reencuentros, incluso aquellos que no podrán ocurrir.

«Extraño los amaneceres llaneros, los copleros que te dedican versos, que hacen rimas así en el
momento. El campo, ese contacto siempre con la naturaleza, la gente del Ana Mayo Torrealba, la navidad en Zaraza, el 31 de Diciembre».

Angiluz Serrano

Desde Barcelona, España, Marieva Zamora, también añora a su terruño. Marieva, al igual que Angiluz, echa de menos esos alimentos que no sólo llenan sus cuerpos sino sus almas.

«Aunque nada se compara con la cachapa de mi mamá, cuando fui por primera ver a La Cachapera de aquí de Barcelona [España], pude sentir el sabor de una cachapa zaraceña. Lloré al sentir el olor y el sabor de esa cachapa, fue como devolverme al último día que estuve en Zaraza»

Marieva Zamora, zaraceña en España

En otras latitudes, al este de Arabia Saudita, Annie Michelle Díaz recuerda la primera vez que consiguió un mango en un mercado de comida internacional. Brincó de la emoción al verlo y comerlo.

Viviendo en un mundo tan diferente, también encontró la harina de maíz para las arepas, pero dice que extraña el queso llanero. En Oriente Medio no se consigue nada parecido.

«Vivo extrañando el queso llanero. Lamentablemente ese si es verdad que no se consigue, pero ni parecido, ni mi amada malta Maltin Polar».

Annie Michelle Díaz

Annie también nos cuenta que tuvo que adaptarse a muchas cosas; la vestimenta, por ejemplo.

La paisana reside en un país árabe, cuna del islam, donde son estrictos con sus costumbres, aunque por ser extranjera no se le exige la abaya y el hijab, debe vestir holgada y modesta.

No hay manera de que olvide a Zaraza y sus cosas. Ir a cualquier panadería en El Médano, comprar pan en un día lluvioso y comerlo con café con leche en el porche de su casa. La lluvia también es algo que poco se ve en el país desértico donde vive.

En Juan Barón, República Dominicana, vive otra zaraceña: Mariana Rojasquien salió hace seis años de su tierra natal.

El olor a tierra mojada y bosta la trasladan hasta su pueblo llanero, pero también sus interpretaciones de música venezolana y la comida.

«Extraño muchísimo los frijoles. En mi hogar, en Zaraza, por lo menos una vez a la semana se tenía que hacer frijol con pata de cochino. Eso lo extraño muchísimo porque aquí no se da ese grano».

Mariana Rojas

Publicado el 4 de agosto de 2023. Con entrevistas y narración de Ana Silvia Barrios. Para escuchar más micros haga clic aquí.

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