Tito Balza Santaella

Fue nombrado hijo ilustre de Zaraza y, en mayo de 2010, se inauguró bajó su nombre una galería de objetos y libros de historia local en el Concejo Municipal. [Foto: Revista Tendencia, 2008].

Este escritor, lingüista y académico venezolano nació en Zaraza, pero fue adoptado por la ciudad de Maracaibo, donde ha vivido desde 1957. A sus 17 años comenzó sus estudios de Castellano, Literatura y Latín en el Instituto Pedagógico de Caracas. Es Doctor Honoris Causa de la Universidad del Zulia y Miembro de Número de la Academia de Historia del estado Zulia, de la que fue dos veces vicepresidente.

En una entrevista con la revista Tendencia, en 2008, el lingüista habló sobre su infancia en Zaraza: «En la hacienda de mi padre habían pocos libros y uno era de historia de Venezuela. Yo leía y releía en sus páginas sobre Urdaneta, Sucre y Bolívar mandado ejércitos a batallas, y soñaba con ser militar. Pero el día en que conocí a mi profesor de Castellano descubrí que quería ser maestro”.

Es autor de 26 libros sobre historia, ortografía y Castellano, tres de ellos archivados en bibliotecas internacionales como la del Congreso de Estados Unidos, en Washington DC.

A lo largo de su carrera escribió columnas de opinión para más de una decena de periódicos venezolanos.

«Zaraza tiene tradición cronística»

En 1996, el académico escribió el prólogo del libro «Zaraza, un poco antes y después» del cronista zaraceño Moisés Rodríguez. En esas líneas, Santaella afirmó que “Zaraza tiene tradición cronística” e hizo mención sobre algunos de los escritores del pueblo.

“Podemos recordar el trabajo historiográfico de Jose Antonio De Armas Chitty, las notas invalorables de Víctor Manuel Ovalles, los relatos y búsquedas de Lorenzo Zaraza, los muchos y valiosos trabajos dispersos, que están pidiendo ordenamiento y publicación de Francisco Gustavo Chacín, las sabrosas memorias sobre personajes populares y versificadores de Ernesto Luis Rodríguez, la referencia de Blas Loreto Loreto y, en la actualidad, los importantes textos de Rafael López Castro, las notas de José Rodríguez Malaspina y el sostenido quehacer de Moisés Rodríguez”.

Tito Balza Santaella, prólogo «Zaraza, un poco antes y después» (1996)

Fuentes consultadas: